Actualización 4/09/99 |
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Asistió a buenas escuelas Católicas en Santiago de Cuba y Habana, donde tomó el régimen espartano en una escuela Jesuita, Colegio de Belén. En 1945 entró en la Universidad de la Habana, graduandose con un titulo en leyes en 1950. Se casó con Mirta Diaz-Balart en 1948, pero se divorciaron en 1954. Su hijo, Fidel Castro Diaz-Balart, nacidio en 1949, ha servido como cabeza de la comisión de energía atómica de Cuba. Fué miembro del partido social-democratico Ortodoxo a finales de 1940 y comienzo de 1950, Castro fué un temprano y vocal oponente de la dictadura de Fulgencio Batista. El 26 de Julio de 1953, Castro liderizó un ataque contra el cuartel Moncada del ejercito que falló pero que lo llevó a la prominencia. nacional. En esta fecha, sus ideas politicas eran nacionalistas, antiimperialistas, y reformistas; el no fué miembro del Partido Comunista Luego del ataque al Moncada, Castro fué enjuiciado y sentenciado a 15 años de prisión, pero fué sobreseido en 1955. Entonces se fué al exilio en Mexico, donde fundó el "Movimiento 26 de Julio", proclamando el retorno a Cuba para luchar contra Batista. En Diciembre de 1956, el y otros 81, incluyendo al Ché Guevara, retornaron a Cuba y lograron llegar a la Sierra Maestra, desde la cual lanzaron una exitosa guerra de guerrillas. Castro se probó ha si mismo como un fuerte lider; tambien demostró amplio nivel político, convencido que tenía un deber histórico para cambiar el caracter de la sociedad Cubana. Viendo el colapso de su ejercito, e incapaz de contar ya con el apoyo de los Estados Unidos, Batista huyó el 1 de Enero de 1959, triunfando así la Revolución Popular, triunfando así el glorioso pueblo cubano. |
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Tan pronto que los Cubanos en los Estados Unidos comenzaron a apoyar al gobierno de Castro, se dieron cuenta del control total que ejercia sobre la economia y el gobierno. Los Cubanos empezaron a temer de sus conecciones comunistas, incluyendo sus relaciones con La Union Sovietica. Los exilados Cubanos en los Estados Unidos presionaron al gobierno Norteamericano para que ayudara con una invasion a Cuba con el fin de derrumbar el gobierno de Castro. Cuando los Estados Unidos se reuso los exilados Cubanos se reunieron con la propuesta de lanzar su propia invasion. Los Estados Unidos estaba en competencia con La Union Sovietica a nivel mundial. El gobierno Norteamericano finalmente accepto ayudar a los exilados, y se empezo a formular un plan de invasion. En Enero de l961 el Presidente Dwight Eisenhower rompio relaciones diplomaticas con Cuba. La agencia de inteligencia central empenzo a entrenar a los exilados cubanos con la propuesta de llevar a cabo una invasion a la isla de Cuba. El 17, de Abril de l961 al rededor de l500 refugiados armados, desembarcaron en las costa sur oeste de Cuba en Bahia de Cochinos (Bay of Pigs.) Los exilados contaban con el apoyo de los ciudadanos Cubanos, y tambien el apoyo del gobierno Norteamericano el Presidente Kennedy que les prometio respaldo de la fuerza aerea. Sin embargo, la promesa nunca fue complida, y los aviones de la fuerza aerea nunca llegaron a Cuba. Los exilados fueron abandonados a la merced del gobierno de Castro. El 19, de Abril de l961 la batalla termino. Noventa exilados habian sido muertos, y el resto fueron encarcelados. El atemptado fue un fracaso, y la administracion del Presidente Kennedy fue culpada por no proveer la ayuda prometida, y por otros por permitir la invasion en primer lugar. Como resultado de la invasion, el gobierno de Castro cerró la imigracion de Cubanos que querian abandonar el pais. El temia de la deslealtad hacia el estado Marxista-Leninista que el habia implantado en Cuba. Pensaba de que los ciudadanos podrian proveer informacion al gobierno Norteamericano perjudicando su regimen en Cuba. Comenzo a sospechar de todas los ciudadanos que querian abandonar el pais, y encarcelo a muchas personas simplemente por no dejarlos abandonar el pais. El regimen de Castro se habia implantado.
Memorial "José Martí" 30 de abril de 1997 No pretendo hacer una exposición detallada de todos los aspectos de la economía cubana en esta tensa y difícil coyuntura de los años 90 sino más bien, sacar a colación o llamar la atención sobre algunos aspectos relevantes que tienen que ver con dos cosas fundamentales: una es esta relación de la economía cubana en su evolución y sus problemas con el proceso de globalización de la economía mundial y otra propiamente las decisiones de política económica interna que se han estado tomando en estos años para enfrentar la crisis económica. Tal vez sea conveniente comenzar recordando que entre 1961 y 1989 Cuba se vio colocada en virtud de su historia, de su Revolución y del contexto internacional de la época en una situación peculiar, es decir, encontró un cierto abrigo en las relaciones económicas preferenciales con la Unión Soviéticaa y con el desaparecido CAME, un cierto abrigo frente a la lógica de la globalización, aunque esa lógica no fue siempre igual a lo largo de todo este periodo de 1961 a 1989. Esa lógica más bien se entendió en las décadas de los años 60 y 70 como un abrigo frente a la pretensión norteamericana de asfixiar a la Revolución Cubana y propiciar un regreso al sistema capitalista en Cuba, aunque no todavía en aquellos años como la imposición de un modelo neoliberal que de la década del 80 en lo adelante se ha impuesto en casi toda la región latinoamericana y lo han hecho con un grado tal de efectividad que ha llegado al extremo de hacer pensar a las víctimas en los mismos términos que los victimarios. Ya en los años 80 de lo que se trata es de la imposición, o de los intentos de imposición de este modelo neoliberal. Ese abrigo del cual disfrutó la Revolución Cubana durante esa etapa —y que, por supuesto, se simultaneó con la presencia también del bloqueo económico norteamericano, cuyas primeras medidas comienzan en 1960 y se extienden en una escalada progresiva hasta el momento actual—, este cierto abrigo se puede reflejar a lo largo de muchos ejemplos: simplemente pudiera mencionarse uno y es que a mediados de los años 80 ya bien avanzado por cierto el proceso de globalización de la economía mundial tal como lo entendemos actualmente, Cuba planteó como posición de gobierno y organizó en La Habana un número de reuniones sobre el tema de la deuda externa de América Latina, tema emblemático de la imposición del modelo neoliberal que consolida la imposición del mismo, y en esas reuniones Cuba planteó como posición de gobierno la impagabilidad de la deuda externa y la necesidad de la concertación entre los deudores en lo que evidentemente fue en aquel momento una muestra de desafío y reto a lo que podemos llamar las tendencias más sobresalientes de este modelo globalizador que ya en la década del 80 se planteaba en términos decididamente neoliberales. Ese abrigo fue, podemos decir, un abrigo efectivo que por supuesto tuvo una base interna sin la cual nada hubiera sido posible y esa base interna fue la cohesión de los cubanos en defensa de la Revolución; aunque por supuesto, ese abrigo no estuvo exento de las huellas de la presión de la economía internacional capitalista. Recordemos que no obstante las relaciones económicas preferenciales con la URSS y con el CAME, países con los cuales se desarrollaba aproximadamente el 85% del comercio exterior cubano, la gran importancia que el 15% restante siempre tuvo para la economía cubana y las necesidades de financiamiento en moneda dura, que siempre tuvo también la economía cubana y que no era posible satisfacer dentro del marco de aquellas relaciones con el CAME. Es decir fue un abrigo ciertamente efectivo pero un abrigo que aun mostró en todo momento las huellas de la fuerte presión del sistema capitalista mundial y de ciertos elementos que él imponía. Con la desaparición de la URSS y los regímenes del socialismo real entre 1989 y 1991 en un momento ya bien avanzado de la globalización, esa lógica de la globalización que funciona como una especie de caperuza aplastante y uniformadora, parece definitivamente condenar a Cuba. Son los tiempos de la teoría del dominó en los cuales el derrumbe de la Revolución Cubana se pronosticaba por muchos como una cosa de semanas o a lo sumo de meses, sin embargo, ya en estos momentos han transcurrido cinco años en los cuales Cuba continúa existiendo con su Revolución, sin Unión Soviética y por lo tanto sin posibilidad de hablar de un tema muy manido en aquella época cual fue Cuba como satélite de la Unión Soviética. Según la lógica de aquellos años de principios de la década del 90 Cuba no podía nadar a contracorriente. Era una anomalía que durante largo tiempo tal vez fuera explicable como resultado de la alianza con una superpotencia, pero que al desaparecer esta superpotencia no podía vivir, y no podía vivir debido a que no podía tener capacidad nacional un país para desafiar el uniforme de igual color y estilo que la globalización impone; aún menos si se trata de un país pequeño, pobre y situado en la vecindad inmediata de Estados Unidos. Si en la visión globalizante extrema se dice que la sociedad nacional no es más que una provincia del sistema global y en este caso pudiéramos decir, una pequeña provincia, entonces no habría otra opción para ella más que aceptar ocupar una plaza como corista en el coro de los que cantan la misma canción. La decisión cubana de aún con el derrumbe del campo socialista, aún con el derrumbe de sus relaciones económicas preferenciales, aún perdiendo aquel abrigo o aquel refugio que había tenido frente al bloqueo norteamericano, la decisión de resistir y aún tratar de avanzar con socialismo, con un socialismo que se pretende adaptar a las nuevas condiciones de la realidad mundial, incluida la globalización, esa decisión es y sigue siendo, indudablemente, una ruptura y un desafío abierto a esta lógica que dice que no hay nada que hacer frente a la globalización. En 1991 pudiera decirse que la decisión de continuar adelante con la Revolución se basaba, ante todo, en el apoyo mayoritario de la población, sin lo cual hubiera sido imposible; se basaba también en la defensa de los logros obtenidos a lo largo de más de 30 años pero se basaba además en tres consideraciones que me permito presentar a ustedes que tal vez tengan que ver con una lógica alternativa al proceso de globalización actual. La primera consideración sería que puede haber capacidad nacional de resistencia puede haber capacidad nacional de adoptar un camino diferente al que dicta la globalización si se dan ciertas condiciones o ciertos requerimientos como serían: si existe cohesión interna en la defensa de un proyecto, si existe liderazgo con autoridad basada en el prestigio ganado y en la historia, si no hay corrupción del equipo gobernante, si hay organización para esa resistencia tanto en lo económico como en lo político y en lo militar y si hay también no solamente organización sino organizaciones que estructuren esa capacidad de resistencia y realmente la movilicen y la hagan efectiva. Por supuesto que esto también implica la decisión de estar dispuestos a pagar el precio en escaseces y penurias materiales e incluso el resurgimiento de algunas penurias morales como la reconstitución de ciertas lacras sociales que creímos erradicadas en el país y que sin embargo hemos visto renacer en ciertos grupos o sectores en los últimos años. También por supuesto, hay que estar dispuestos a tener como escudo final y ahora probablemente único escudo el alto precio que tendría que pagar Estados Unidos por un intento de yugular violentamente la vida de la Revolución Cubana. Una segunda consideración que quisiera agregar es que el sistema global es internamente contradictorio; es el sistema en el cual la presencia de las viejas contradicciones interimperialistas continúa actuando, incluso continúa actuando sin el factor de contención que significó la existencia de la URSS y esas contradicciones interimperialistas crean ciertos espacios que pueden ser aprovechados si actuamos en medio de esas contradicciones con cierta habilidad, con flexibilidad y encontramos espacios de maniobra, sin hiperbolizar tampoco la importancia de estas contradicciones pero no olvidando que existen, que funcionan y que le pueden permitir a Cuba ciertos espacios de maniobra y que por cierto le están permitiendo a Cuba ciertos espacios de maniobra. La existencia en Cuba de una fuerte presencia de inversión canadiense, con posiciones incluso de desafío a la Helms-Burton, no obstante la elevada dependencia de la economía canadiense de la norteamericana es un elemento en esta dirección. La reciente visita a Cuba y el establecimiento de algunos acuerdos con el presidente del Patronato Francés sin duda alguna marca un matiz diferente con la propia posición del gobierno francés en temas como el de los derechos humanos. Por supuesto que también marca una imporante diferencia con respecto a la Helms-Burton. La propia posición española en la cual las simpatías muy evidentes entre el gobierno español y el gobierno norteamericano en el tema de Cuba contrasta también con la posición del empresariado español radicado en Cuba que no sigue la misma posición y podemos decir que persiste en sus inversiones en el país. Una tercera consideración pudiera ser que, en un sentido estratégico y más de futuro, este sistema global es profundamente inestable y lo es por ser demasiado excluyente y aun cuando es evidente que se ha cerrado un ciclo de lo que podemos llamar el accionar de fuerzas populares, de izquierda sin embargo, el hecho de que se haya cerrado un ciclo no quiere decir que hayan terminado los ciclos y la inestabilidad.Ese carácter profundamente excluyente del sistema global nos hace pensar que esta realidad de hoy no es, ni mucho menos, la definitiva realidad del fin de la historia que pintaba Fukuyama sino es nada más que, como siempre, el tránsito hacia otra cosa, que no sabemos exactamente cómo será; pero de lo que sí podemos estar seguros es de que tal como es actualmente, no podrá ser ni tendrá mucha estabilidad hacia el futuro. Ahora, en materia puramente económica y acercándonos más a la economía cubana, la resistencia —en nuestro caso— equivale a no introducir la política neoliberal ni en su variante de shock ni en variantes más suaves que al parecer sólo pudieran ser posibles después del shock. Es defender el núcleo de economía socialista en manos del Estado introduciendo, eso sí, espacios de mercado que son imprescindibles, pero sin perder la rectoría del Estado, la capacidad de regulación, el sentido social de la economía y todo esto hacerlo en condiciones únicas ya que no nos parecemos a nadie y esto no es dicho, en modo alguno desde una posición ególatra o vanidosa sino simplemente aludiendo a la gran especificidad del caso cubano. Cuando digo que no nos parecemos a nadie sencillamente lo que estoy tratando de connotar es que no es posible encontrar un país que reúna este conujunto de condiciones tan específicas de la coyuntura actual: un país bloqueado, en la inmediata cercanía de Estados Unidos, solo en el medio del Caribe, sin modelos que imitar porque los modelos que en algunas ocasiones se mencionan como de posible imitación o posible seguimiento por parte de Cuba como los modelos de China y Viet Nam tienen estructuras productivas muy diferentes a la cubana, estructuras demográficas muy diferentes a la cubana y por supuesto historias y culturas muy diferentes, incluidas culturas políticas muy diferentes a la cubana. En nuestra coyuntura específica yo diría que tiene decisiva importancia el sentido y el olfato de preservar el poder revolucionario sin el cual todo lo demás se convierte en autopsia, es decir todo lo demás se puede convertir en tratar de establecer las causas de la muerte. Es también la ingestión de una dosis de un tónico que en dosis mayores que lo adecuado puede convertirse en un tóxico sin tener por otra parte ningún manual, ninguna teoría infalible o instrumento de medición que nos diga cuál es la dosis exacta de estos espacios de mercado. Lo único que nos puede guiar es la sensibilidad política y este sentido de preservación del poder revolucionario. En cierta forma aplicando un símil futbolístico, pudiéramos decir que es algo así como jugar en la cancha enemiga porque no hay otras canchas con las reglas del juego y las autoridades de la liga en contra. Pero desde luego, jugar con un equipo cohesionado y tratar de jugar con inteligencia aprovechando eso que 38 años de Revoución ha esparcido con generosidad sobre el país que es cultura, que es conocimiento, que es inteligencia como resultado de la revolución educacional que ha tenido lugar en Cuba. Intentando ir más a lo concreto de la economía cubana. Lo hecho hasta hoy, en estos años de los 90. Creo que se pueden dividir en dos etapas, dos grandes etapas —aunque esto puede ser también tema de debate, esta periodización y hay mucho debate en torno a esto entre economistas y sociólogos cubanos—, una etapa que tal vez pueda situarse entre 1991 y 1993, cuyo punto de partida y de llegada sería por supuesto, la desaparición de la URSS y la constatación del punto más grave y crítico de la crisis económica al finalizar el año 1993. Y una segunda etapa, que sería de 1994 hasta la fecha, que pudiéramos llamar de medidas activas de política económica. Si la primera etapa se caracteriza más bien por posiciones defensivas, de reacción inicial y de cierto estupor, ante lo abrupto del derrumbe de relaciones que se consideraban sumamente sólidas, en cambio la segunda etapa se caracteriza ya por una posición más activa; más de adopción de medidas y de estructuración de una política económica con un mayor grado de coherencia. En diciembre del año 1993 la situación de la economía cubana reflejaba indudablemente una profunda crisis económica. La economía cubana, en diciembre de 1993 había tenido una caída absoluta de su PIB de casi 35% con relación al que fue en 1989; esa caída en términos per cápita era del 38%. En ese momento había un problema de corto plazo de una gravedad y de una urgencia extrema que era la sobreliquidez acumulada. Era el problema que a más corto plazo amenazaba prácticamente con ahogar en un océano de papel sin capacidad de compra, a la economía y a la sociedad cubana toda. Era el momento en el cual habían acumulado aproximadamente 15 meses de sueldos y salarios de la población sin ninguna posibilidad de compra de bienes y servicios. Era el momento en que teóricamente al menos, un trabajador cubano promedio podía durante 12 meses o más no ir a trabajr y eso podía no tener influencia sobre su capacidad real de compra. Era el momento también de extrema peligrosidad y de extremo auge del mercado negro, de la economía sumergida. Era el momento también en que se había acumulado un déficit presupuestario que escandalizaría y provocaría el pánico de cualquier técnico del Fondo Monetario Internacional, un déficit presupuestario que en aquel momento llegó a ser de 33.5% del PIB. Esa era la situación en diciembre de 1993 que tenía por supuesto su correlato en términos de dificultades, carencias para la población, cortes de una gran extensión en los servicios eléctricos. Sería imposible, hacer una referencia y una explicación de cada una de las medidas adoptadas, especialmente del año 1994 hacia acá. Conforman un conjunto de aproximadamente unas 15 decisiones importantes de política económica. Creo que lo más importante es que es producida una apertura selectiva y controlada de la economía, se han introducido cambios en las relaciones de propiedad, ciertamente con extrema cautela y referido fundamentalmente a la agricultura, se han introducido espacios de mercado no existentes hasta ese momento, en el mercado agropecuario y el mercado de productos industriales; espacios de mercado con ampliación de la esfera de acción legal de lo que en Cuba le llamamos los trabajadores por cuenta propia y que no son más que los trabajadores individuales, privados que ejercen el autoempleo; un proceso de saneamiento financiero interno que fue en el año 1994 y sigue siendo hasta ahora una medida de gran premura y de gran urgencia; el establecimiento de un proceso de doble circulación monetaria y por supuesto la preservación de los logros sociales esenciales que siempre constituyeron un punto de partida de toda la reforma económica, especialmente los logros en materia de educación, de salud y de seguridad social. Ese conjunto de decisiones tomadas hasta ahora, simplemente leyendo y nada más, han sido: reforma de la Constitución de la República en 1992 para permitir entre otras cosas la existencia de formas no estatales de propiedad y especialmente la existencia de empresas con capital extranjero. Se ha avanzado en ir sustituyendo la planificación al viejo estilo, la planificación basada en los balances materiales y los planes quinquenales por una planificación financiera diferente, sin renunciar al principio de la planificación, se han ampliado las facultades y la autonomía de las empresas en diversos aspectos, se ha descentralizado el comercio exterior eliminando lo que fue el monopolio estatal del comercio exterior, y se ha diversificado la orientacióon geográfica del comercio exterior cubano. Se han avanzado en el redimensionamiento empresarial, y se ha reducido el número y tamaño de los organismos de la administración central del Estado. Se ha avanzado algunos pasos, en la modernización y reforma del sistema bancario y financiero, se ha despenalizado la tenencia de divisas, se ha introducido el peso convertible, se ha creado una red comercial para esa moneda, se han establecido casas de cambio y se ha alentado la revalorización de la moneda nacional, se ha puesto en marcha un proceso de saneamiento financiero interno y se han introducido correcciones en el exceso de liquidez y el déficit presupuestario, se ha promulgado una ley tributaria y creado el sistema de su administración, se ha transformado la estructura agraria del país en dirección a una mayor participación de la propiedad cooperativa, se ha creado un libre mercado de productos agropecuarios e industriales, se ha ampliado la esfera de acción legal del trabajo por cuenta propia y se ha promulgado la ley de inversión extranjera. Esta reforma económica tiene por supuesto aspectos polémicos. Toda ella es polémica obviamente. Contiene elementos en los cuales si se toma tal vez los títulos de lo hecho pues puede parecerse bastante a ajustes estructurales como los bien conocidos en América Latina. Sin embargo merecería un análisis más a fondo para encontrar las diferencias sin duda existentes entre el ajuste estructural neoliberal y las medidas de política económica adoptadas en Cuba. Un ejemplo creo que puede ser el proceso de corrección del desequilibrio financiero interno. Si tomamos los títulos o nombres de lo hecho, pues se parece bastante a cualquier ajuste estructural clásico hay aumento de precios hay reducción de déficit presupuestal, incluyendo reducción de gastos del Estado, hay reducción del tamaño del Estado y de la plantilla de empleados del Estado. Hay aplicación de una legislación tributaria es decir de un régimen impositivo. Pudiéramos decir que se parece bastante, sin embargo, la forma de aplicarlo, el contexto en el cual se aplica, el sentido que persigue es por supuesto, radicalmente diferente. Si tomamos las medidas de saneamiento financiero vemos que, en primer lugar, estuvieron precedidas de un amplio proceso de consulta popular y con un nivel nacional de amplitud sumamente alto en el cual la población tuvo la posibilidad de emitir su opinión acerca de cómo veía la crisis económica, qué esperaba de las medidas económicas a adoptar y por supuesto en un contexto en el cual estaba claro que no se trataba de tomar medidas populares para distribuir más o repartir más sino que se trataba necesariamente de una coyuntura recesiva. Si tomamos algunas de las medidas concretas como el aumento de precios, los aumentos de precios han consistido en aumento de precios de bienes no esenciales, fundamentalmente cigarrillos y bebidas alcohólicas y aumento de la tarifa eléctrica, tratando de no afectar a los núcleos familiares de más bajo ingreso que son; los que menos consumo eléctrico tienen, de tal manera que el aumento de la tarifa eléctrica tocó solamente al 48% de los núcleos familiares del país y el 52% restante no tuvo aumentos en su tarifa eléctrica. Es también un proceso de saneamiento financiero interno y de reducción de déficit presupuestal sin una reducción de los gastos sociales en el país. Es decir no ha habido reducciones en el gasto de educación, no ha habido reducciones en el gasto de seguridad social, no ha habido reducciones en el gasto en salud. Ha habido pequeños, modestos incrementos en actividades que por supuesto, no están carentes de deterioro pero en lo que se refiere a gasto presupuestado no ha habido una disminución de los gastos sociales. Y esa reducción del déficit presupuestario que ha tenido un comportamiento notable que de ser 33,5% del PIB apenas en el año 1993, fue solamente de 2,4% al terminar 1996 no se ha basado en una reducción de gastos sociales sino en una reducción de la ineficiencia de la empresa estatal, en una reducción del subsidio por pérdidas a las empresas estatales. La inversión de capital extranjero pudiera ser otro ejemplo en esa dirección. La inversión de capital extranjero en Cuba acumula ya algo más de 2 000 millones de dólares de inversión directa, una cifra modesta pero significativa si se tiene en cuenta que es en Cuba sin la presencia de capital norteamericano, y bajo la Ley Helms-Burton. Este proceso de inversión extranjera en Cuba no es, en modo alguno, el proceso clásico que podemos encontrar en muchas experiencias neoliberales. El capital extranjero no negocia con un gobierno, con un Estado al estilo de los que se encuentran privatizando hasta los cementerios. Este proceso de inversión en Cuba tiene lugar con un Estado que comprende lo que significa esta inversión extranjera. Hay una clara orientación de la política económica en el sentido de no permitir que esa inversión extranjera se convierta en un elemento dominante, capaz de determinar el rumbo de la economía cubana, capaz de dictar una cierta política económica, y la propia ley de inversión extranjera tiene provisiones cautelares muy claras en esa dirección. Hasta el momento, ¿cuáles son los resultados obtenidos? Los resultados obtenidos son, en primer lugar, una reactivación del crecimiento económico, lo que en 1993 parecía harto problemático. En estos momentos pudiéramos decir que ya se despejó la incógnita de crecer o no crecer. Ya en el año 1996, la economía creció a un 7,8% y se ha producido una reactivación evidente del crecimiento económico. Podemos decir que se ha montado la economía sobre una cierta dinámica de crecimiento económico, se han producido avances en el saneamiento financiero interno, se ha producido un avance también notable en la explotación del turismo. Este sector que durante más de 30 años no fue explotado en Cuba, aún cuando Cuba siempre tuvo las mismas playas, el mismo sol, la misma gente acogedora, el mismo nivel de seguridad y de salud y no fue explotado por ciertos componentes indeseables asociados al turismo que durante muchos años, durante décadas, estuvimos evadiendo. Sin embargo respecto al turismo, en esta coyuntura de crisis económica lo que se nos plantea es un imperativo: no podemos evadir la explotación del turismo. Tenemos que exponernos necesariamente al reto que significa las masas crecientes de turistas visitando el país y el turismo ha estado creciendo en los últimos años a una tasa de crecimiento muy alta, de 17% de crecimiento real de 1991 en adelante y es —y todo parece indicar que seguirá siendo hacia el futuro— un importante elemento en términos de ingreso financiero para el país, y de inducción de instalaciones productivas, de creación de bases productivas industriales que induce el turismo para abastecer toda la cadena turística. Se han producido avances en la inversión de capital extranjero a los cuales hice referencia. Se ha evitado en el país el desempleo masivo sin que esto quiera decir que este sea un problema resuelto del todo. Se ha tenido un cuidado especial con el problema del desempleo en evitar un ajuste conómico, una racionalización laboral hecha a marcha forzada que pudiera provocar un desempleo masivo y que pudiera ser un factor de desestabilización política interna. Esto es uno de los puntos en los cuales la lógica económica y la lógica política tienen que combinarse muy acertadamente e inevitablemente tendremos que seguir actuando en el tema del desempleo con mucha gradualidad, con mucho cuidado para no desencadenar un desempleo masivo aun cuando tal vez cierta visión de ajuste económico estricto aconsejaría avanzar a marchas más rápidas en este terreno. Por supuesto que colocados en 1997, los problemas los retos son grandes e importantes. Diría que lo primero que habría que mencionar es por supuesto la Ley Helms-Burton es decir el bloqueo económico norteamericano. Esta ley no ha sido capaz hasta el momento de cumplir su objetivo estratégico de provocar la asfixia de la economía cubana pero sin duda alguna ha inhibido inversiones potenciales de capital, ha hecho más lentos y más difíciles los procesos de negociación de inversión, y en el importantísimo terreno del financiamiento, en términos de acceso a préstamos o a otras figuras de financiamiento internacional, nos está haciendo daño. Como promedio Cuba está pagando un 30% por encima de las condiciones normales o las condiciones medias del mercado financiero internacional. Estamos funcionando con financiamiento comercial de corto plazo, a lo sumo al horizonte de un año y con tasas de interés, como promedio 30% superiores por encima de las condiciones medias del mercado financiero internacional. O sea la Helms-Burton no es una figura retórica, no es un elemento de propaganda, es algo muy serio sobre nuestra realidad económica actual. En estos momentos tenemos otros problemas también —uno de ellos importante sin duda alguna— que son yo diría las inversions diferidas en el tiempo en algunos importantes sectores de infraestructura del país que si en 1991-1992 podíamos todavía diferirlos un poco en el tiempo y arreglárnosla de alguna manera con lo que en ese momento teníamos; en cambio ya los años transcurridos nos van golpeando la puerta cada vez con más fuerza. Me refiero a inversiones de infraestructura como las centrales termoeléctricas, requeridas de fuertes inversiones de mantenimiento, me refiero a los ferrocarriles que requieren también de fuertes inversiones que de no hacerse pueden convertirse en verdaderos cuellos de botella para la continuación del crecimiento, a inversiones en aeropuertos que de no hacerse pueden representar un punto de quiebre del desarrollo turístico en los próximos años, a inversiones en la red vial. Hay un problema que hoy está presente en nuestra realidad que es el peculiar impacto que sobre el ingreso han tenido las medidas de reforma económicas hasta ahora aplicadas. Ellas han dado como resultado si por un lado reactivación de la economía y recuperación del crecimiento ha tenido también la característica de crear el fenómeno que los cubanos le llamamos la pirámide social invertida es decir el fenómeno de una distribución de ingresos que está muy relacionada con los sectores que han tenido un desarrollo como el turismo y con el fenómeno de la doble circulación monetaria en el país y en definitiva el acceso a la divisa y ha dado como resultado que estos trabajos vinculados a estos sectores puedan tener ingresos reales varias veces superiores a trabajos de más calificación, de más utilidad social, incluso y, por supuesto, esto también es un problema que está actuando en la realidad cubana mezclado con cierto grado de diferenciación social en parte debido los espacios de mercado creados, en parte también por esta anomalía de la doble circulación monetaria y que plantea la necesidad al diseño de política-política de medidas en un plazo determinado para empezar a revertir esta situación. Hoy está muy claro que bajo la acción de la Helms-Burton, sin posibilidades visibles de levantamiento del bloqueo, es necesario apoyarnos en las reservas internas de eficiencia que es nuestra única fuente real de financiamiento en estos momentos y que nos obliga a una visión muy cruda y muy descarnada de esta realidad y que nos plantea también la virtualidad de un periodo especial largo, difícil y una verdadera batalla por movilizar estas reservas de eficiencia interna no explotadas. No obstante todo esto, no obstante que estas y otras dificultades están presentes ante nosotros, el hecho de que vivamos ya cinco años sin URSS, sin CAME, sin precios preferenciales por el azúcar, sin abastecimientos asegurados de ningún tipo y sin financiamiento externo y que en esas condiciones se haya reactivado el crecimiento económico, se mantenga la esencial cohesión política interna, constituye entre otras cosas, un desafío que rompe la lógica de la globalización en el mundo actual. Cuba sigue siendo una anomalía, sigue siendo un honroso disparate en el terreno de la globalización. Por último, la globalización no podemos verla tampoco en términos de una desgracia que nos cae encima y que solamente nos plantea lesiones y problemas. Es necesario ver también la otra cara del fenómeno. Si la globalización plantea una lógica que nos obliga a nadar a contracorriente en el escenario mundial, también la globalización implica ciertas oportunidades que no podemos desperdiciar. La globalización significa ese proceso de difusión de conocimientos, en nuestro caso la posibilidad de aprovechar ciertos conocimientos de los cuales estamos muy necesitados, que son los conocimientos gerenciales, los conocimientos de administración de empresas, los conocimientos del accionar en los mercados mundiales, de los cuales estuvimos desconectados durante décadas y esos conocimientos nos resultan imprescindibles y son los conocimientos que se difunden en este mundo globalizado —que se difunden entre otras cosas a través de Internet, que es también un resultado y una expresión del proceso de globalización— y que los necesitamos no para desarrollar la empresa privada, los necesitamos fundamentalmente para ganar esa batalla, esa terca batalla, de la eficiencia de la empresa estatal cubana. Igualmente la globalización es también turismo. Apenas en el siglo pasado los nombres de todos los extranjeros que llegaban al puerto de La Habana eran publicados en los periódicos de entonces, y alcanzaban los periódicos para publicarlos. Imagínense ustedes si nuestros periódicos intentaran hoy publicar la lista de todos los turistas que llegan. Creo que aquí hay un cierto símil entre lo que es la globalización con respecto al mundo
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